Lecciones de Vida
Javiera Parada: "No sé si voy a votar por Sichel"
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"Pese a las críticas que recibí desde la izquierda, ser jefa de campaña de Ignacio Briones fue una experiencia muy gratificante, aprendí muchísimo. A mí me gusta mucho hacer campaña, me gusta su adrenalina, es como organizar un festival o una bienal… Estuve en las campañas de Bachelet 1, Bachelet 2, Marca tu voto, por Giorgio, Miguel Crispi. Eh…. Frei.
Al trabajar en este comando tuve la posibilidad de encontrarme con un montón de gente que no conocía y que descubrí que teníamos tantas cosas en común. Como Felipe Kast, por ejemplo, con quien fue muy grato trabajar. Y me gustó darme cuenta que los seres humanos podemos ejercer nuestra libertad y que no somos presos de los condicionantes familiares, culturales, sino que podemos construir nuestro destino y que eso es muy reconfortante.
Hoy día es miércoles, acabo de entregar el comando, por lo tanto todavía no he podido comenzar a descansar. Aún tengo bastante adrenalina en el cuerpo, pero fue una muy buena experiencia y estoy muy tranquila y muy contenta de lo que hicimos. Y muy cómoda políticamente.
Claro, yo pensé que sí íbamos a tener más votos. Yo creo que para todos fue una sorpresa que Sebastián Sichel sacara tanta votación. Sabíamos que era una campaña difícil. Cuando uno toma la ruta de las convicciones y de las ideas y no está dispuesto a hacer cuestiones por ganar votos, sabe que esa ruta puede no tener réditos electorales, pero sí réditos en el sentido de instalar conceptos, ideas. Yo estoy convencida de que tenemos el mejor programa y que eso va a ser un insumo para muchas de las campañas actuales.
¿Por qué no apoyo a Sichel? Noooo, no tengo idea por quién voy a votar. No soy candidata ni miembro de un partido político, por lo tanto no tengo obligación de votar por quien ganó en la primaria. Soy independiente y yo a lo que me sumé fue a un proyecto político de centro, liberal, liderado por Ignacio. Mi compromiso era con ese proyecto, que para mí era muy importante comenzar a construirlo. Creo que en Chile el centro político se vació y hoy día es necesario volver a crearlo
A algunos en redes sociales les llama la atención mi postura, pero no fui la única persona con un pasado o tradición cultural de centro izquierda que se unió a la opción de Briones. Conocí un montón de gente anónima, no famosos, ni dirigentes políticos, que toda su vida votaron a la Concertación, algunos que habían votado por Revolución Democrática. que se sumaron a la campaña nuestra. No estuve sola al dar ese paso.
Puede haber gente que considere que yo soy su enemiga, pero yo no tengo enemigos, tengo adversarios políticos. No creo en la política como un campo de batalla, donde la gente que piensa distinto a uno son lo peor, y tampoco creo que la política sea de buenos y malos.
Las categorías de izquierda y derecha no me sirven hace harto rato. Mi proceso de cambio político es bastante largo, viene del 2013 y ha tenido varias estaciones: mi paso por el tema constitucional, comenzar a acercarme a la filosofía política, a los conceptos de libertad e igualdad e intentar entenderlos y darme cuenta de que mi vida ha sido, desde muy joven, una pelea, una lucha para que los seres humanos seamos más libres. Por eso me fui de las Juventudes Comunistas el año 1990, porque sentí que el PC no tiene el mismo aprecio que yo tengo por la libertad y la democracia.
En ese camino de acercamiento a las ideas liberales fueron importantes Cristóbal Bellolio, Vlado Mirosevic, Agustín Squella. Y así me fui construyendo una convicción de que yo me siento muy identificada por el liberalismo igualitario.
Entender el liberalismo como la comprensión más profunda de la dignidad humana me hizo llegar a esta campaña que, claro, estaba en una coalición de la cual yo por historia no me siento parte. Fue duro, pero ninguna de las opciones políticas que yo he tomado en mi vida han sido fáciles, Yo he sido criticada, muchas veces, por tomar opciones políticas que en su momento no fueron comprendidas y que luego han ido siendo más masivas, más populares.
Fue durísimo darse cuenta del nivel de violencia en mi contra que pueden desatar personas que no me conocen por ejercer mi derecho a decir, a opinar, y a estar donde creo que tengo que estar. Yo espero que la política no sea eso, porque creo que si hay algo que nos distingue a los seres humanos de otros seres vivos, es que tenemos conciencia y capacidad de elegir, y no debiera ser un atentado contra nadie que uno ejerza esa libertad.
No me arrepiento, estoy muy contenta de haber dado este paso, porque me siento muy cómoda en el espacio político en el que estoy. Me siento muy afín a lo que nosotros levantamos en la campaña. Creo que es muy necesario para este nuevo ciclo político que está comenzando, ayudar a construir ese espacio de centro liberal moderado, que tenga muy claro que eso requiere buenas políticas públicas, no prometer el oro y el moro porque no es posible, no es sustentable, así que no, no me arrepiento ni un segundo.
Me han preguntado qué pensaría mi padre de mi decisión. Él está muerto desde el año 1985 (fue asesinado por agentes de la dictadura). Y yo creo que interpretar a los muertos es algo que hace un mentalista y tiene como unas capacidades de conectarse con ellos. Yo no las tengo, soy una persona que cree que la vida es mientras estamos vivos, no cuando ya no estamos. Por lo tanto nunca me he aventurado a poner palabras a lo que haría mi padre en estos momentos. Creo que es demasiado arriesgado arrojarnos para un lado o para el otro para interpretar lo que haría una persona que fue asesinada hace más de 30 años.
El tono de las criticas es muy destemplado. Como acusarte de traición… ¿traición a qué? ¿Qué es lo que yo estaba traicionando? Dijeron que estaba aliada a los asesinos de mi padre, pero eso es no saber de historia de Chile. Mi padre y mi abuelo lucharon por el derecho de todos los seres humanos a elegir su destino. Y lo que no quería hacer la dictadura era dejar que la gente decidiera, se manifestara... Ellos dieron la pelea, yo también la di siendo muy joven, y por lo tanto, siempre he ejercido mi derecho a elegir, a opinar, en dictadura y en democracia, y lo voy a seguir haciendo le moleste a quien le moleste.
Toda mi familia ha sido comunista y para mí las Juventudes Comunistas era un espacio para luchar en contra de la dictadura. Pero cuando comenzó el proceso de la caída del Muro de Berlín y vino toda la crisis de los países del Este, yo comencé a preguntar por qué estaban ocurriendo esas manifestaciones, que se parecían mucho a las manifestaciones que nosotros teníamos en Chile. Y nunca obtuve respuesta de la Jota más que decir que eran procesos para mejorar el sistema socialista o comunista. Y ahí sentí que el compromiso con la democracia y la libertad del Partido Comunista no era tan grande como yo creía, y renuncié en ese momento.
De hecho, me acuerdo muy joven teniendo largas discusiones con alguno de mis hermanos que defendía el régimen cubano, y me decía que en Cuba todos los niños tenían un litro de leche para tomar. Eso era antes del periodo especial y de la miseria en la que ahora está sumido el pueblo cubano. Yo le decía, pero de qué sirve que todos los niños puedan beber leche, si no tienen derecho a opinar. No tengo ningún problema en decir que Cuba es una dictadura y Fidel Castro fue un dictador.
Desde adolescente, me separé de la izquierda no democrática. Durante mis años de vida en Barcelona, me dediqué mucho a trabajar en cultura y me acerqué bastante a movimientos anarquistas… sin militar en ningún lado. Yo no me siento una persona de izquierda. Es un proceso de pensamiento y reflexión: recuerdo conversaciones mías el año 2014 con Jorge Contesse en las que yo le decía que yo no era de izquierda. No es que un día uno se levanta y cambia…
En mi familia siempre hemos hablado mucho de política, todo el mundo es muy culto y siempre hemos sido muy diversos y hemos tenido distintas posturas. No sé, tengo un hermano trotskista, tengo otro que es comunista, otro que está en el Frente Amplio. Nadie me ha quitado el saludo. Con mis amigos somos personas que nos queremos mucho y que entendemos que los seres humanos toman opciones en la vida y eso no significa que uno deje de querer a la gente.
Yo vivo cerca de Baquedano, de Plaza Italia o Plaza de la Dignidad, como quiera llamarle cada uno. Fue complejo durante esos meses porque había bombas lacrimógenas, había también manifestaciones… Estuve sin semáforo durante un montón de tiempo. La represión fue fuerte, o sea no… no fue fácil vivir aquí.
Yo no creo que el Estallido haya sido de la izquierda. Pertenece a las millones de personas que se movilizaron, que estaban cansadas de que la política no se hiciera cargo de las demandas que están hace más de una década en la discusión.
Llevamos 15 años discutiendo la reforma al sistema de pensiones, llevamos más de 10 años pensando cómo fortalecer la educación pública, cómo tener un sistema de salud digno para todos. Las millones de personas que salieron, no es que se sientan de izquierda o derecha, sienten que la política no estaba haciendo la pega. Me parece que sería soberbio de cualquier sector arrogarse la autoría o la propiedad del Estallido Social.
Tampoco creo que haya presos políticos en Chile. Son personas que fueron tomadas presas en el contexto del Estallido, muchas de ellas vandalizando propiedad pública y privada, participando de delitos. Los presos políticos son personas que están presas por una manera de pensar. Durante la dictadura hubo presos políticos o asesinatos políticos. En Chile nadie está preso por pensar de una manera, tenemos felizmente separación de poderes, cuestión que no existe ni en Venezuela, ni en Cuba, ni en otros países.
Lo que sí tenemos en Chile, creo yo, es un problema del sistema judicial y carcelario. Tenemos cárceles sobrepobladas, hay un uso bastante masivo de la prisión preventiva. Hoy día en Chile se vulneran los derechos de las personas privadas de libertad que, por ejemplo, no tienen derecho a voto, y muchas de ellas viven en condiciones de hacinamiento con condiciones higiénicas que no corresponden.
No he reflexionado sobre lo que voy a hacer políticamente ahora. Voy a dedicarme a publicar libros, como uno sobre Jorge Tacla (pintor chileno radicado en NYC). Lo que sí te puedo decir es que me pone muy contenta el triunfo de Gabriel Boric en la primaria de Apruebo Dignidad, es una enorme noticia que él haya ganado. Gabriel Boric le hace muy bien a la izquierda.
He hablado con Ignacio (Briones), claro, he hablado con todo el mundo. Se fue de vacaciones. Él sí que merece descansar, porque pasó de Hacienda a esta campaña que para él fue súper intensa. Lo importante es que muchas de las ideas que pusimos van a seguir circulando y van a servir para la discusión pública, y yo creo que eso es lo más valioso que tuvo esta campaña".